Cuando estás al frente de una escuela municipal, debes tener claro el objetivo que el ayuntamiento persigue vinculado al del usuario, es decir, alcanzar el mayor número de alumnos para dar servicio a todos los que lo demanden, aprendan un deporte y se diviertan.
Desde mi experiencia durante más de 8 años en la escuela de tenis de San Lorenzo de El Escorial, he podido comprobar como la mayor dificultad con la que nos encontramos reside en el elevado número de alumnos en pista y niveles poco homogéneos, por lo que las clases deben ser muy dinámicas. Para trabajar los aspectos técnicos, debemos tirar cestos en los que cada alumno golpee máximo dos o tres pelotas, recoja y realizar algún ejercicio de juego de pies mientras esperan de nuevo su turno. En cuanto a la parte de puntos, juegos muy dinámicos como “winner”, rey de la pista, bola en zona…
El otro aspecto relevante, y desde mi punto de vista necesario para darle sentido a las clases, es posibilitar a todos los alumnos su primera toma de contacto con la competición. La organización de encuentros de minitenis para los más pequeños, y ligas locales para el resto, resulta muy beneficioso para que pongan en práctica lo que van aprendiendo y encuentren un mayor sentido a los entrenamientos.
Dos son los pilares básicos de una escuela municipal: clases divertidas y acercamiento a la competición para conseguir inyectar la pasión por este deporte a todos los que se acercan por primera vez a una pista de tenis.